La señora Altagracia Martínez, vecina del rancho La Palma, decía por las noches cerca de las paredes de aquel rancho se oía el tic tac de un reloj y aseguraba que había dinero enterrado. Lo cierto es que la construcción data de antes de la revolución mexicana. Este rancho fue propiedad de don Pánfilo Durán pero a la fecha pertenece al señor Adolfo Martínez. También se creo que en las paredes de esta construcción todavía hay huesos de "niños emparedados".
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Mpio. de Santiago Tulantepec de Lugo Guerrero
Gobierno del Estado de Hidalgo
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