viernes, 19 de octubre de 2012

Macazahua, el Comunicador de la Creación


Hace muchos pero muchos años, allá por 1400 D.C., en una mañana de sol y vida, como sólo en Real del Monte se puede admirar, se encontraban en la peña del águila, viendo el amanecer, el gran sacerdote Macazahua y su hijo, descendientes de las primeras tribus que habitaban este continente. Ellos venían de más allá del río Bravo. El gran sacerdote era uno de los elegidos por el creador, para dejar testimonio de lo creado por él.

El gran sacerdote Macazahua ya estaba viejo y bastante cansado; desde joven fue instruido para viajar, y así lo hizo, por toda su vida, por tierras extrañas y conviviendo con distintas tribus y razas, como: aztecas, tarascos, toltecas, pieles rojas, yaquis, zapotecas, mezcos, mayas, incas y casi todas las razas, desde Perú hasta Canadá y en todas partes dejo una leyenda distinta, para que por los siglos sigan recordando su paso por esas regiones, como testigo y comunicador de las obras del creador.

Admirando los primeros rayos del sol y reflejándose en las copas de los árboles de los bosques que ahora son el Hiloche. Al fondo de la cabaña el río que viene de Tezualntlaque cae por la cascada de San Pedro y que es el inicio del gran río Amajac y donde aun se acercaban los venados, el gato montes, el coyote y todos los animales que vivían en armonía y aunados a la belleza de la región, que algún día seria Real del Monte.

El gran sacerdote dijo a su descendiente y próximo comunicador de las grandezas naturales creadas por el gran Dios: “Hijo, aunque muchas veces te he platicado que el creador ha hecho este y otros mundos a la perfección, es necesario que exista el bien y el mal, porque el humano que habita este mundo está en camino a la perfección espiritual, razón por la cual el mal debe de existir, para saber lo que es el bien, el dolor para sentir el amor y la caridad, el día para vivir y la noche para descansar, el fuego para calentar y el agua para refrescar, y así, todo tiene una función perfecta, no estamos hechos sin razón, esto es una de las maravillas más importantes de la creación.

Cuando nosotros aprendamos a amar, se acabarán las guerras y los sacrificios humanos, no dependeremos de ídolos o dioses tan diversos. Como tú te habrás dado cuenta, cada tribu o grupo de hermanos que hemos visitado tiene sus propios dioses: el sol, la luna, el coyote, el fuego o todo lo que no comprenden lo hacen un dios y, ¿sabes por que?, porque tienen necesidad de creer en algo, ese algo que no pueden destruir sus enemigos, ese algo que todos tenemos en nuestro interior : La fe, esa fuerza desconocida, pero que nos llena de energía en los momentos de tristeza, dolor, soledad o miedo. Esa fuerza que nos da el amor del creador Manitú, Quetzalcóatl o como quieras llamarlo y que algunos sabemos que existe en todo lo creado, que es la energía latente y palpable en cada uno de los actos que se desarrollan en los universos, ese creador que esta en todo y que no necesita ni templos ni sacrificios. Llegará el momento en que el humano descubrirá que el único creador de los universos está dentro de él y en la naturaleza que lo rodea.

Hoy es un día muy especial, hijo, porque estamos en uno de los lugares sagrados del planeta. Esta región está protegida por un triangulo natural que inicia en este lugar donde estamos sentados y que se conocerá como la peña del águila, formando el triangulo sigue lo que será llamado el Hiloche, nombre que solo los iniciados sabrán su verdadero significado; y terminará en esa montaña que ves allá y que se llamará el Zumate, quedando como ejemplo de lo que hoy estamos hablando. Será una montaña sagrada de oro puro para los que así lo merezcan. Se contarán leyendas de que en sus entrañas está una de las puertas hacia otros mundos o dimensiones, pero pocos serán los que encuentren la verdad en ella.

Hoy, hijo, llegó el momento de entregarte la responsabilidad de seguir con la labor de llevar la palabra de la creación a tus hermanos que viven en esta tierra de promoción. Desde que empezó la humanidad hemos existido los comunicadores de la creación de padres a hijos y así seguirá hasta la eternidad.

Aquí se edificará un pueblo por nombre Maghotsi (Real del Monte), pequeño pero muy hermoso. Será famoso en todo el mundo; tendrá uno de los climas más sanos; por su altura tendrá una de las neblinas que casi siempre lo cubrirá y que dará pie para una región llena de leyendas y tradiciones. Guardará sus construcciones como ejemplo de historia. Será dominado por los extranjeros y luego por sus propios hermanos de sangre; será una región muy hermosa y favorita, pero llena de envidias por los tesoros que en sus entrañas existen. Será tan rica esta región, que sus habitantes pisarán la plata de los caminos por muchos siglos, y del interior de las cuevas, sacarán tanta plata que será la primera en el mundo y nunca se acabará.

Esta región será libre cuando llegue la tercera explosión de razas. Siendo una de las regiones donde florecerán las nuevas generaciones, porque esta protegida por el triangulo de la eternidad.

Hijo, llegó el momento que mi espíritu abandone este viejo cuerpo que me dio la creación para poder moverme. Quiero que me entierres ahí, en ese lugar que te estoy señalando, en medio de este triangulo sagrado y donde mi cuerpo se convertirá en la veta de plata más rica y grande del mundo para que los habitantes de este lugar, algún día se sientan orgullosos de ser los guardianes de un comunicador de la creación.

El hijo empezó a cantar una misteriosa melodía, sólo conocida por ellos, mientras caminaba hacia la cueva llevando en sus brazos el cuerpo del gran sacerdote Macazahua y darle sepultura. A veces, en lo más profundo de las minas o en el bosque del Hiloche, en la peña del águila o en el Zumate o en propio río Amajac, en los amaneceres llenos de sol, se oye un extraño canto de uno más de los comunicadores de la creación.


Las tradiciones en Real del Monte. Publicado en el periódico El Sol de Hidalgo el 8 de mayo de 1994. Por David Guerrero R.

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